Lo que nadie quiere escuchar
- Sebastian Sanchez
- 17 ago 2015
- 2 Min. de lectura

Un joven lleno de inquietudes le preguntó a su abuelo:
- Tu siempre me dices que los jóvenes no queremos escruchar a los adultos. Ahora me pregunto, ¿qué es lo que los adultos no quieren escuchar de los ancianos como tu?
El abuelo, impresionado, le respondió:
- Hay dos cosas que muy pocos se atreven a escuchar y mucho menos a poner en práctica. Ahé van: la primera es que nadie hace feliz a nadie.
- ¿Y eso cómo puede ser? - añadió el chico estupefacto.
- Porque la realidad reside en el interior de cada ser humano. ¡Ni siquiera tu mismo puedes hacerte feliz!- añadió el abuelo.
- Ah, ¿no?, y entonces, ¿cómo hago para ser feliz?.
- Dejando de ser un obstáculo entres tu felicidad y tu, liberándote de la esclavitud a la que te someten la mente y los pensamientos. En eso consiste el trabajo interior.
- Entonces, la felicidad esta adentro, mejor no perder el tiempo buscándola afuera,¿no?
- Exacto. Hazte responsable de tu propio bienestar. Ahí reside la verdadera madurez contestó el abuelo
Intrigado, el joven siguió preguntando:
- ¿Cuál era la segunda cosa?.
- Que nadie hace sufrir a nadie. nadie tiene el poder de hacerte daño emocionalmente sin tu consentimiento. ¡Es imposible!- respondó el abuelo.
- Pero, entonces, ¿porquñe me duele cuando alguien me insulta?.
- Lo que te duele no es el insulto, sino lo que tu decides hacer con el insulto. Si decides tomarlo, entonces sientes dolor. Pero si optas por desecharlo, ya verás como no sientes ningún daño. Es cieto que no puedes controlar ni cambiar lo que te sucede, pero siempre puedes elegir la forma en al que te lo tomas. En eso consiste la libertad interior.
Seguidamente, el joven dijo:
- Enotnces, si nadie puede hacerme sufrir, de nada sirve victimizarme ni culpar a los demás, pues he sido yo quien me ha perturbado a mi mismo por no saber tomarme las cosas que me pasan de otro modo.
- Exacto. Todavía no sabes cómo hacer eso. Pero si sigues con esa actitud honesta y humilde, no tardarás en aprenderlo. Como todo en la vida, es cuestión de entrenamiento.
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